Tres personas son asesinadas al día en promedio en Bogotá; estos son los motivos más comunes de los crímenes

Sergio Camilo López Cardona (32 años), Deisy Sánchez Cuéllar (60 años), Alejandra Lozano Ardila (21 años) y Diego Fernando Padilla (44 años) son algunos de los nombres que están en la lista de los ciudadanos que fueron asesinados en Bogotá durante mayo.

A ellos, junto con otras 94 personas, los mataron en medio de diferentes sucesos. Ajustes de cuentas, aparentes intentos de hurto y hasta hechos de intolerancia son los móviles que investigan las autoridades en esos casos.

Con corte al 31 de mayo, este año ocurrieron 478 homicidios en la capital. En comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando se presentaron 448 casos, hay un aumento de 30 crímenes. A pesar de que desde el Distrito se habla de un supuesto quiebre de la tendencia, ese discurso no lo soportarían las cifras.

En enero de 2025 se presentaron 98 homicidios; en febrero, 77; en marzo, la cifra se disparó y llegó a 105 casos; en abril bajó a 100; y para mayo, la reducción fue de apenas dos casos, es decir, 98 asesinatos. En promedio, este año, en Bogotá han acabado con la vida de tres personas al día.

De acuerdo con el análisis que hacen las autoridades, los motivos por los que más ocurren homicidios en Bogotá son los sicariatos o ajustes de cuentas (30 por ciento), las riñas por hechos de intolerancia (29 por ciento) y el microtráfico (26 por ciento). La primera causa, explican desde la Policía y el Distrito, obedece a los constantes golpes que le han dado al crimen organizado y, justifican, cuando capturan una banda, otras se disputan esa zona de operación.

Sobre la segunda causa, la intolerancia, expertos aseguran que obedece a la falta de cultura ciudadana, que se ve reflejada en confrontaciones que terminan ocasionando riñas entre quienes comparten determinados espacios.

Del microtráfico, cuentan las autoridades -y se evidencia en el territorio-, se debe al intento de las bandas criminales por expandir sus líneas de distribución de droga. En esa incursión se enfrentan a otras organizaciones, y la única forma de confirmar quién se quedará con el dominio de esas calles es una guerra a muerte.

Antes de que cerrara el mes pasado, el viernes 30 de mayo, la localidad de Bosa se sacudió con un doble crimen. Las víctimas fueron Sergio Camilo López Cardona (32 años) y Deisy Sánchez Cuéllar (60 años). Se encontraban en el barrio El Remanso, sobre la carrera 87M con calle 73B bis, cuando una persona armada les disparó en repetidas ocasiones.

Días antes de ese caso, Alejandra Lozano Ardila, de 21 años, fue atacada de una puñalada cuando se movilizaba por el barrio Villa del Cerro, en la localidad de San Cristóbal. Las versiones preliminares del caso indican que habría sido en medio de un presunto atraco.

Para el 15 de mayo, sobre la calle 1D con carrera 21, en el barrio El Vergel de Los Mártires, vecinos alertaron a las autoridades sobre una carreta que emanaba un olor nauseabundo. En su interior fue hallado un hombre de avanzada edad, que tenía sus manos amarradas y múltiples golpes. El cuerpo estaba envuelto en plásticos. Por esas condiciones, las autoridades determinaron que sería una muerte violenta.

El 11 de mayo hubo otro homicidio. Un hecho de intolerancia cobró la vida de Diego Fernando Padilla, de 44 años. Según los testigos del caso, el hombre llegó a un lavadero de carros ubicado en la calle 161 #19-79, en el barrio Estrella del Norte, de Usaquén, e increpó a un trabajador del sitio. Tras varias discusiones, Padilla fue atacado con un destornillador; el objeto fue clavado en su cuello. Murió en instantes.

Un día antes de ese asesinato, el 10 de mayo, sobre la avenida Caracas #76B-22 sur, en el barrio Santa Librada, de Usme, dos personas fueron asesinadas a disparos. Posiblemente, este caso estaría vinculado a un ajuste de cuentas.

Hugo Acero, experto en seguridad y exsecretario de Seguridad de Bogotá, señala que los indicadores que hoy tiene Bogotá respecto al homicidio demuestran que lo que se está haciendo por contener ese delito no está dando resultados. Pero también indica que es importante establecer qué pasa con los responsables de perpetrar esos asesinatos.

“La responsabilidad no es solo de la Policía, también hay que tener en cuenta a la Fiscalía. Si el 30 por ciento de los homicidios son por sicariato, tenemos que ver cuántos han sido detenidos y procesados. La istración del alcalde Galán ha hecho un trabajo importante que hay que destacar en lo que tiene que ver con la desarticulación de bandas. Pero ese esfuerzo tiene que verse reflejado en el esclarecimiento de esos delitos que cometen”, indicó Acero.

Cuando se mira el comportamiento histórico de homicidios ocurridos en los primeros cinco meses, desde 2022 a la fecha se observa un leve aumento. En 2022 fueron 408 casos; para 2023, 452; en 2024 ocurrieron 448, y este año van 478. Si bien en 2024, comparado con 2023, hubo una reducción, esta fue de apenas cuatro casos. Es importante recordar que 2024 fue el año más violento de los últimos nueve años: cerró con 1.204 asesinatos.

Ahora, sobre el esclarecimiento de homicidios en Bogotá, la Fiscalía General de la Nación, este año ha resuelto 100 crímenes. Es decir, apenas el 20.9 por ciento de los casos que se han presentado en el año.

“La cifra del homicidio es la más confiable para medir la seguridad, porque los otros delitos tienen un subregistro”, agregó Hugo Acero.

Para Omar Oróstegui, director de GovLab de la Universidad de La Sabana, es importante centrarse en los motivos de los homicidios, pues -explica- esa puede ser una alternativa para enfocar las políticas públicas y las acciones de las autoridades.

“Un sicariato puede tener otras motivaciones de fondo: un ajuste de cuentas, préstamos gota a gota, un hecho de intolerancia, entre otros. Entonces, esa no puede ser una clasificación en las cifras porque parece que de lo que no tienen información lo asignan como un sicariato”, propuso Oróstegui.

“Acá hay un halón de orejas para la Policía. Ellos tienen que entregar la cifra más granulada. Con cifras muy globales y con la calidad del dato que está reportando la Policía, no está permitiendo una buena toma de decisiones”, agregó.

El experto también añadió que, sobre los hechos de intolerancia, la istración distrital debe trabajar con más contundencia, porque esa situación no solo se ve en las calles, sino también en los entornos educativos, donde jóvenes se citan para pelear; en las movilizaciones, donde atacan a Gestores de Convivencia y Diálogo; y hasta en los hogares, donde la violencia intrafamiliar aumenta.

Este es el panorama a un año y medio del inicio de la istración del alcalde Carlos Fernando Galán, cuyo plan de gobierno consiste en hacer que “Bogotá Camine Segura”. Uno de los objetivos más retadores que se trazaron fue bajar a un dígito la tasa de homicidio, es decir, menos de 10 homicidios por cada 100.000 habitantes.

Miguel Castellanos

En X: @LoQueOlvido

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