En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información aquí

Suscríbete
Disfruta de los beneficios de El Tiempo
SUSCRÍBETE CLUB VIVAMOS

¡Hola !, Tu correo ha sido verficado. Ahora puedes elegir los Boletines que quieras recibir con la mejor información.

Bienvenido , has creado tu cuenta en EL TIEMPO. Conoce y personaliza tu perfil.

Hola Clementine el correo [email protected] no ha sido verificado. Verificar Correo

icon_alerta_verificacion

El correo electrónico de verificación se enviará a

Revisa tu bandeja de entrada y si no, en tu carpeta de correo no deseado.

SI, ENVIAR

Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión

Hola, bienvenido

¿Cual es la ciudad colombiana clasificada como la más peligrosa del mundo?
¿Cómo va el juicio al expresidente Álvaro Uribe?
¿Accidente de bus en Calarcá?
Frío inusual en Bogotá explicado por el Ideam

Opinión

¿Si se pierde el lenguaje?

Las narrativas de la violencia en Colombia nunca desaparecieron, pero hoy corren el riesgo de anclarnos nuevamente.

Alt thumbnail

PROFESOR UNIVERSITARIO, UNIVERSIDAD DE OXFORD, REINO UNIDOActualizado:

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon
Nunca desaparecieron del debate público. Pero hubo momentos cuando la discusión parecía moverse en terrenos más prometedores.
(Le puede interesar: Los jueces del pueblo).
Me refiero a las narrativas de la violencia en Colombia, que hoy corren el riesgo de anclarnos nuevamente en el pasado tras el atentado criminal contra el senador Miguel Uribe en días recientes.
Identificar las causas de los problemas de la violencia (en Colombia y en cualquier otro país) no es una tarea fácil. Sobre todo cuando el fenómeno se manifiesta como algo continuo en el tiempo, de largo plazo y extendido en la geografía.
Es entonces cuando toman arraigo nociones como la cultura de la violencia nacional; la intolerancia frente a los otros; la violencia no ya como estigma histórico, sino como parte del mismo cuerpo –los supuestos genes de violencia que llevamos en la sangre–. El pueblo colombiano tendría un "alma violenta"; nos caracterizaría la "agresividad".
Importa recordar este lenguaje sobre la nacionalidad que se impuso desde el Bogotazo, con antecedentes en el siglo XIX que habría que estudiar mejor.
Ha sido un lenguaje utilizado por líderes políticos, religiosos y culturales, sin distingos ideológicos. Recibió sello de autoridad máxima con las palabras de nuestro premio Nobel Gabriel García Márquez, quien en sus memorias evocó sus años de joven, cuando "los colombianos nos matábamos los unos a los otros por cualquier motivo, y a veces los inventábamos para matarnos".
Los episodios violentos de la última semana han causado una conmoción. Nos remiten a la espiral de violencia extrema desde las décadas de 1980 hasta sufrir las mayores tasas de homicidio del mundo.
Son palabras, claro está, que reflejan genuino dolor por una trayectoria histórica llena de sucesos trágicos. Captan sentimientos de desespero, en la búsqueda de horizontes con esperanzas. ¿Pero son las palabras más conducentes a lograr la paz tan añorada? ¿Y son acaso fieles a la realidad?
En las ciencias sociales domina cierta tendencia a explicar las resoluciones de los conflictos en términos de poder. Serían casi solo los incentivos económicos y militares los que motivarían acuerdos efectivos entre las partes en disputa. Se presta poca atención a la atmósfera intelectual que les rodea –y es aquí donde las palabras importan–.
Los episodios violentos de la última semana han causado una conmoción comprensible. Nos remiten, con mayor urgencia que la experimentada en años recientes, al espiral de violencia extrema desde las décadas de 1980 hasta sufrir las mayores tasas de homicidio del mundo. Nos remiten igualmente a repasar los cambios del clima intelectual ocurridos desde entonces.
No es un ejercicio que pueda hacerse a la ligera. E imposible hacerles justicia en este corto espacio a los desarrollos de la historiografía sobre la violencia en Colombia, depósito de una rica y sofisticada literatura. Por el momento, quisiera referirme a un par de textos que encuentro ahora de oportuna relectura.
El primero es un duplo, de Malcolm Deas y Fernando Gaitán Daza, Dos ensayos especulativos sobre la violencia en Colombia (1995). Formó parte, junto con otras publicaciones de la época, de una corriente revisionista que ayudó a repensar los problemas de la violencia colombiana. Las lecciones dejadas por significativos trabajos de un gran número de autores no deben echarse en saco roto.
El segundo es un ensayo relativamente breve de Daniel Pécaut, Memoria imposible, historia imposible, olvido imposible, aparecido en su libro Violencia y política en Colombia (2003). En sus páginas, Pécaut advertía entonces cómo "la experiencia cotidiana del terror y del miedo" entre muchos "sectores de la población colombiana" dificultaba la "construcción de un relato sobre lo acontecido y, por lo tanto, de la memoria".
Sabia advertencia que es preciso registrar para recuperar lenguajes de paz.

Sigue toda la información de Opinión en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

00:00
00:00

Comentar

Whatsapp iconFacebook iconX iconlinkeIn iconTelegram iconThreads iconemail iconiconicon

Conforme a los criterios de

Logo Trust Project
Saber más
Sugerencias
Alt thumbnail

BOLETINES EL TIEMPO

Regístrate en nuestros boletines y recibe noticias en tu correo según tus intereses. Mantente informado con lo que realmente te importa.

Alt thumbnail

EL TIEMPO GOOGLE NEWS

Síguenos en GOOGLE NEWS. Mantente siempre actualizado con las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en Google News.

Alt thumbnail

EL TIEMPO WHATSAPP

Únete al canal de El Tiempo en WhatsApp para estar al día con las noticias más relevantes al momento.

Alt thumbnail

EL TIEMPO APP

Mantente informado con la app de EL TIEMPO. Recibe las últimas noticias coberturas historias y análisis directamente en tu dispositivo.

Alt thumbnail

SUSCRÍBETE AL DIGITAL

Información confiable para ti. Suscríbete a EL TIEMPO y consulta de forma ilimitada nuestros contenidos periodísticos.