La calificadora de riesgos Fitch Ratings colocó la calificación nacional de largo plazo de ‘AAA’ de de Empresas Públicas de Medellín E.S.P. (EPM) en observación negativa desde una perspectiva estable, debido a los efectos que podría tener el atraso en la construcción de la hidroeléctrica Ituango y la incertidumbre asociada a la solución definitiva del evento sísmico y el impacto de la inundación de la casa de máquinas en la integridad de los equipos.
De acuerdo con Fitch, esta nota negativa en la calificación de perfil crediticio de la firma antioqueña refleja además también la incertidumbre alta asociada a la severidad de las dificultades y retos de ingeniería que se avecinan, junto a dificultades climatológicas que aumentaron los riesgos asociados.
“Existe incertidumbre respecto a la capacidad de la infraestructura completada de resistir la presión del agua lo que sugiere una hidrología no del todo controlada, o que surjan daños colaterales sobre los equipos ya instalados mientras se avanza con la fase de construcción final de la presa”, advirtió la calificadora.
Y recordó que EPM mantiene una póliza de seguros por 2.500 millones de dólares para cubrir daños materiales, con un deducible de un millón de dólares, el cual cubre infraestructura y equipos.
La póliza de EPM incluye 628 millones de dólares para cubrir el lucro cesante de la primera fase del proyecto (1.200 megavatios) y de 248 millones de dólares para cubrir la segunda fase (1.200 megavatios) e incluye un deducible asociado de 90 días.
Y señala que el proyecto presenta un avance físico de 83,5 por ciento a marzo del 2018, que incluye cuatro turbinas de la primera fase con un avance de instalación entre 58 por ciento y 14 por ciento, mientras que la presa alcanza 175 metros de altura, por debajo de su altura de diseño de 225 metros. El diseño de la presa ubica el vertedero a una altura de 192 metros.
Impacto controlado por aumento de precios de energía
De acuerdo con Fitch Ratings, el anuncio de EPM sobre el no cumplimiento del proyecto Ituango con la fecha de operación comercial de noviembre del 2018 resultará en una métrica de apalancamiento elevada más allá del horizonte de tiempo inicialmente contemplado por Fitch.
La calificaciones de EPM, con corte al 2017, contemplaban una tendencia rápida al desapalancamiento una vez se terminara la construcción de Ituango, llevándolo desde cerca de cuatro veces en ese momento hasta por debajo tres veces, durante un período de 3 años.
Dicha estimación asumía un crecimiento del Ebitda (ingresos antes de impuestos, depreciaciones y amortizaciones), cercano a 50 por ciento durante este período, que se explicaba en gran parte por la terminación oportuna del proyecto.
“El retraso del proyecto no necesariamente elimina la senda de desapalancamiento, sino que reduce la velocidad de esta tendencia. Fitch prevé un beneficio marginal asociado a precios mayores de energía en este escenario, dada la magnitud del proyecto Ituango el cual se esperaba redujera significativamente los precios de la electricidad en el sistema”, precisó la empresa.
Y agrega que la captura de un Ebitda mayor por los precios mayores del kilovatio podría mitigar parcialmente el impacto negativo de un volumen menor de generación producto de un Ituango atrasado en su operación.
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