Hermana de Miguel Uribe habla por el Día del Padre y revela que uno de los sueños del senador era ser papá

Los familiares del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay se encuentran pendientes del proceso médico que actualmente enfrenta a causa de un ataque sicarial del que fue víctima el pasado 7 de junio.

Actualmente, Miguel Uribe Turbay se encuentra en la unidad de cuidados intensivos de la clínica Fundación Santa Fe de Bogotá, donde está siendo atendido por un equipo especializado en procesos neurológicos de gran complejidad.

Han pasado siete días desde que el senador fue víctima de un atentado donde recibió tres disparos, mientras hacía parte de un encuentro político en el parque el Golfito, en la zona Modelia, de la localidad de Engativá. Tras el atentado fue trasladado al centro médico especializado en neurocirugía.

Han sido cientos de personas las que han acudido a las afueras de la clínica Fundación Santa Fe de Bogotá, con velas y oraciones pidiendo por la recuperación del senador. La familia se ha mostrado agradecida por los gestos y la solidaridad recibida.

En las últimas horas, la periodista María Carolina Hoyos Turbay, hermana mayor de Miguel Uribe Turbay, compartió con los presentes en el lugar y envió un mensaje a su hermano, recordando que debe ser fuerte para poder por su pequeño hijo Alejandro.

“De las cosas que más quería en su vida era ser papá. Y ahora Alejandro lo está esperando para poder celebrar el Día del Padre. Toda la solidaridad y el afecto de tanta gente es lo que nos mantiene en pie. ¡Fuerza, Miguel!”, dijo María Carolina Hoyos, hermana de Miguel Uribe, a las afueras de la Fundación Santa Fe.

Asimismo, la exministra de Tecnologías de la Información y Comunicaciones reveló que el atentado del que fue víctima el senador del Centro Democrático le recordó todo lo vivido en la década de los 90 con el secuestro y asesinato de su madre, la periodista Diana Turbay Ayala, a manos del llamado cartel de Medellín.

María Carolina Hoyos Turbay reveló que la noticia del atentado en contra de su hermano la recibió mientras hacía el recorrido del Camino de Santiago, en Santiago de Compostela, en España, y decidió posponer esta actividad para regresar al país.

“Con mi mamá, yo llegué corriendo a la sala de cirugía y cuando la vi, no la reconocí. Por fracciones de segundo pensé que no era mi mamá. Estuvo seis meses secuestrada. El cautiverio hizo que perdiera peso. El dolor transforma, vuelve distinta a la gente. Sus facciones cambiaron. Me pasó lo mismo. Mi hermano está absolutamente hinchado, me costó verlo”, relató en días pasados desde las afueras de la clínica Fundación Santa Fe. 

ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES 

REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL 

EL TIEMPO