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Todo se alineó para una de las temporadas de lluvias más fuertes de la historia
Explicación de porqué el país está viviendo unas lluvias históricas y qué pasó para llegar ahí.
Las fuertes lluvias provocaron inundaciones en diferentes sectores de Cartagena a inicios de este mes. Foto: Guillermo González. Agencia Kronos
En septiembre de 2020 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó el inicio del fenómeno de La Niña. Más de tres años después, La Niña sigue presente. Y en Colombia su paso, aunado con un grupo de otros factores, ha dejado desde entonces según datos de la UNGRD, un total de 616 heridos, 438 muertos, 72 desaparecidos y 1’726.529 personas damnificadas.
Pero, ¿cómo llegamos a un escenario en el que hay regiones del país donde no se ha podido cultivar por dos años? ¿o donde se presentó el primer huracán que pasa directamente por el archipiélago de San Andrés y Providencia? Según todos los expertos la respuesta es sencilla, pero no por eso poco sorprendente: como si fuese un reloj, la climatología de Colombia sumó y ajustó cada uno de los engranajes posibles para entregar una temporada implacable y marcada por el agua que si bien no es la peor del último medio siglo, sí es cierto que ha sido una de las más fuertes.
Según explica Yolanda González, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), la sumatoria entre tres años de fenómeno de La Niña, una Zona de Confluencia Intertropical Activa, unas temporadas de huracanes atípicas, un océano Atlántico frío, un océano Pacífico caliente, una alta transpiración de humedad desde la selva amazónica, una mayor radiación solar en varios sectores creando mucho vapor de agua, junto a otros varios factores se han convertido en el cóctel perfecto para crear la situación que actualmente estamos viviendo.
En Bogotá sobre la vía a La Calera en las horas de la tarde del sábado 12 de Noviembre se registró una emergencia por las fuertes lluvias que azotaron esa zona de la capital dejando varios deslizamientos en comunidades como la de San Luis (La Capilla), en conjunto residencial Arboretto, dejando a su paso dos víctimas mortales (Ángela Patricia Peñarete, de 29 años, y Alejandro Rodríguez, de 33), además de una persona que sigue desaparecida llamada Javier Velilla. Familiares, rescatistas y comunidad de San Luis y La Capilla, completan cuatro días en la búsqueda del cuerpo de Javier Velilla, quien era vigilante del conjunto residencial Arboretto y estaba laborando en el momento del deslizamiento. Foto:Sergio Acero Yate
Las de este año 2022 en específico, señala González, ha sido además unas lluvias tan constantes que no se han parado en ningún momento, algo que no sucede en algunas regiones del país como la Andina, donde hay dos épocas de más lluvias al año y en el medio hay espacios de tiempo donde estas precipitaciones disminuyen y los ecosistemas logran regularse.
Esas temporadas, conocidas como de más lluvias, se dividen así: La primera va de marzo a junio, y la segunda va de septiembre a diciembre. Este año, sin embargo, ha llovido por encima de los promedios desde enero y aunque ya entramos a diciembre, que se supone es la época de transición, todos los reportes indican que aunque habrá algunas disminuciones, sigue siendo muy probable que pasemos unas navidades anegadas.
“¿Qué ha pasado? En las épocas de menos lluvias de este año La Niña también se hizo sentir, especialmente en junio, julio y agosto. Normalmente los vientos alisios disipaban la humedad y las nubes, pero esta Niña no. En este 2022 el fenómeno no nos dejó sentir la temporada de menos lluvias. Entonces en sumatoria: la climatología normal de Colombia, una variabilidad climática que es la Niña que se hizo sentir todo el año, un tercer componente es que cuando hay Niña el océano Pacífico está frío y el Atlántico cálido, y también cuando hay Niña hay un tránsito de ondas tropicales que vienen desde las costas de África que se alimentan de todo el Atlántico, otro elemento es las ondas tropicales más frecuentes por la temporada de huracanes”, enfatiza González.
Cada año, las lluvias inundan pueblos y obligan a evacuar a miles de familias. Reciente emergencia en Cali (foto). Foto:Juan Pablo Rueda
Para ella, todos estos factores trabajando en conjunto de manera tan organizada responde sí, a un fenómeno natural y cíclico que se da en la climatología cada cierto tiempo, pero también como un reflejo claro del cambio climático que han generado las personas.
González destaca que si bien es cierto que no se le puede asignar toda la responsabilidad al cambio climático, cuando este se suma con factores naturales como pasó en Colombia, se terminan presentando escenarios como el de este año que según cifras del Ideam fue catalogado como el quinto más lluvioso de los últimos 42 años. El primero en esa lista de los más lluvioso es 2011, le sigue 2010 (cuando también estuvo presente el fenómeno de La Niña) luego va 2021, 1999 y finalmente 2022.
“El cambio climático lo sabemos interpretar cada vez más pero porque lo estamos sintiendo más. No era lo mismo cuando ese cambio climático era distante y se veía en otros escenarios del planeta. Ya nos toca a todos, estemos en convivencia con una sábana, con un río, con un bosque, vivamos en el escenario rural o en las ciudades. por ejemplo, nunca en la historia de Colombia había pasado un huracán por San Andrés, nunca. Ni habíamos tenido nunca un huracán en umbrales de categoría 5 con crecimiento en pocas horas, cuando los huracanes tiene una evolución de días. Nunca en la historia, no solo del país sino del mundo, habíamos visto un desarrollo de huracán como lo vimos con Iota. Esta Niña nos está dejando una nueva historia climatológica en Colombia”, destaca la experta.
Al respecto, añade Christian Euscátegui, meteorólogo experto y consultor en sistemas de alerta temprana, algo que no no se debe obviar es el efecto que ese cambio climático está teniendo y cómo resulta siendo un reflejo de lo que han advertido científicos y expertos sobre el tema, sobre todo en casos como los de las lluvias intensas.
Este año un fenómeno que ha llamado mucho la atención de los meteorólogos e investigadores ha sido los eventos de ‘lluvias pico’, que es cuando una lluvia muy fuerte cae en poco tiempo. Por ejemplo en municipios como Sabana de Torres (Santander), Chimichagua (Cesar), Puerto Guzmán (Putumayo), y Cúcuta (Norte de Santander) las estaciones de medición del ideam han registrado eventos en los que en un día puede caer la lluvia de dos semanas.
“El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) habla de tres efectos particulares del cambio climático. El primero es el aumento de la temperatura, el segundo es el cambio en los patrones de lluvias (en zonas partes llueve más y en otras llueve menos) y el tercer efecto es la aparición con mayor frecuencia de lluvias fuertes de corta duración”, destaca Euscátegui.
Para él, lo clave es recordar que las lluvias no se han termina, que todo parece indicar que seguirá en fenómeno de la Niña hasta al menos marzo de 2023 y que este ecosistema perfecto que nos ha tenido durante los últimos tres años con una de las temporadas de lluvias más fuertes del último medio siglo, por ahora no va a parar.