La reciente decisión del Tribunal Supremo de Portugal de conceder la libertad a Diego Marín Buitrago, alias Papá Pitufo, es un duro revés en la lucha transnacional contra el crimen organizado y envía un mensaje inquietante sobre los vacíos y las limitaciones de los mecanismos de cooperación judicial entre países.
Aunque su proceso de extradición hacia Colombia sigue vigente, el prolongado trámite (Marín ya pasó más de 180 días detenido preventivamente) permitió que su defensa lograra, vía habeas corpus, que se le concediera la libertad. Esto, mientras en Colombia poco a poco se va revelando hasta dónde han llegado los tentáculos de su organización.
Y así como este caso refleja deficiencias en la coordinación judicial, también muestra la impresionante habilidad de los grandes buscados por la justicia colombiana para explotar los márgenes legales en beneficio propio, incluso apelando a muy dudosas peticiones de asilo. En nuestro país, Marín enfrenta cargos por concierto para delinquir y soborno. Es señalado como uno de los principales responsables de vastas redes de contrabando que afectan los puertos de Cartagena y Buenaventura. Durante su detención estalló un escándalo por su aporte económico a la campaña del presidente Gustavo Petro, que fue rechazado y devuelto, según el mandatario, antes de que ingresara a las cuentas oficiales. El país estaba a la espera de conocer su versión de los hechos denunciados, de ahí la desazón que causa saber que ya no está tras las rejas.
Lo ocurrido demuestra la necesidad de fortalecer el actuar de la justicia cuando los casos cruzan fronteras y obliga a revisar los tiempos y la diligencia con que se tramitan las solicitudes de extradición.
Más allá del recurso legal que le da la libertad a 'Papá Pitufo' este no deja de ser un golpe para la credibilidad de los esfuerzos internacionales por desarticular las estructuras criminales transnacionales. Es ahora responsabilidad de las autoridades portuguesas imponer medidas eficaces que impidan la evasión de quien tiene mucho que aclararle a la justicia.