SEÑOR DIRECTOR:
El artículo de María Sol Navia V. publicado en el diario Portafolio (8-5-2025) aborda un tema de la indiferencia hacia los soldados y policías asesinados por los grupos terroristas y narcotraficantes.
La autora critica tanto al Gobierno como a la sociedad por su falta de solidaridad y reconocimiento hacia estos servidores públicos, cuyas muertes pasan inadvertidas y olvidadas. Señala una deshumanización sistemática cuando ellos son sacrificados en los campos de combate. El Presidente no asiste a sus funerales ni realiza actos de reconocimiento, aunque la Constitución establece honores para las Fuerzas Armadas, defensoras de la patria.
¿Cómo puede hablarse de paz cuando quienes la garantizan son asesinados sin consecuencias, bajo la absurda presunción de que sus vidas son prescindibles? No hay movilizaciones masivas ni duelo nacional por los uniformados caídos. Se normaliza su muerte, a diferencia de otras causas que, ahora, generan mayor impacto mediático.
La indiferencia social refleja una fractura en el conflicto moral entre el Estado, las instituciones y la ciudadanía. Si quienes protegen al país no son valorados, ¿de qué valores estamos hablando? El artículo no solo es una denuncia, sino un reclamo por una justa causa. Tanto el Gobierno como la sociedad deben romper el silencio cómplice que guardan ante la tumba de estos héroes.
Fernando González Muñoz
Abundancia de ‘estadistas’
SEÑOR DIRECTOR:
Hay una exagerada cantidad de candidatos a la presidencia, muestra de recalcitrante egoísmo.
Mala cosa esa congestión y desorden que le forman a la participación ciudadana, pues trae como consecuencia una grave segmentación de los ciudadanos, lo que le hace daño a la cohesión social, fomentando inconvenientes polarizaciones que lo único que dejan en claro son perjudiciales fanatismos, que se traducen en odios y rencores.
Rogelio Vallejo Obando
‘Magdalena: historias de Colombia’
SEÑOR DIRECTOR:
En un país que a menudo olvida sus ríos, la magistral obra del antropólogo canadiense Wade Davis, Magdalena: historias de Colombia, emerge como un faro de conocimiento y asombro. Este libro trasciende la simple narrativa de viaje para convertirse en una profunda exploración del principal río de nuestra nación.
Davis nos sumerge en la vasta complejidad del Magdalena, revelando sus historias milenarias, la riqueza de su biodiversidad y la resiliencia de las comunidades que lo habitan. Su prosa, tan caudalosa como el río mismo, pinta paisajes vívidos y retrata personajes inolvidables, desde pescadores hasta científicos, que dan voz a este ecosistema vital.
Este libro es más que un recuento geográfico; es un llamado urgente a la conciencia ambiental y social. Nos confronta con la belleza amenazada y la importancia de preservar un legado natural y cultural insustituible. Es un libro indispensable que nos invita a reconectar con nuestras raíces y a proteger el corazón líquido de la patria.
Carlos Eduardo Venegas Flórez