En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
Noticia
Diez años de literatura pública: Oiga, Mire, Lea prepara su versión 2025 en el Valle del Cauca
Con enfoque regional el evento promueve la cultura acercando los libros y sus autores a los vallecaucanos.
William Ospina en la edición 2024 del festival. Foto: cortesía festival.
Desde hace una década, el Festival Internacional de Literatura Oiga, Mire, Lea ha consolidado una apuesta singular y transformadora: acercar los libros y sus creadores a todo el Valle del Cauca desde la institucionalidad pública.
Este evento es organizado directamente por una biblioteca pública: la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero de Cali. “Este festival es una quijotada”, afirma Fernando Tamayo Valle, actual director de la Red de Bibliotecas del departamento y cabeza visible de Oiga, Mire, Lea.
La expresión no es gratuita. Pese a los retos presupuestales, el festival ha sobrevivido y florecido en su modelo de ser cien por ciento público, financiado con recursos del Gobierno departamental y con una vocación de servicio que busca impactar al Valle del Cauca.
La semilla del festival se plantó hace más de una década, cuando un grupo de mujeres de la alta sociedad caleña, entre ellas, la hermana del escritor Andrés Caicedo, soñó con tener un festival literario internacional en su ciudad.
La idea fue recogida por el entonces gobernador del Valle, Ubeimar Delgado, y así nació, tímidamente, la primera edición de Oiga, Mire, Lea.
Desde entonces, el festival ha mantenido a ese grupo gestor —con figuras como Aura Lucía Mera— como una suerte de guardia protectora y aliada simbólica, lo que ha contribuido a su permanencia.
Pero su verdadero institucionalización llegó en 2024, cuando bajo la dirección de Tamayo y con el respaldo de la gobernadora Dilian Francisca Toro, el evento fue adoptado mediante ordenanza departamental, lo que garantiza su continuidad más allá de los ciclos políticos.
En sus diez años, Oiga, Mire, Lea ha reunido a un grupo de autores de renombre. Por sus escenarios han pasado Jorge Volpi, Héctor Abad Faciolince, Juan Gabriel Vásquez, Mario Mendoza, Manuel Vilas, Gioconda Belli, Leonardo Padura, William Ospina, Claudia Piñeiro, Javier Cercas, y muchos otros.
Yuri Buenaventura y Leila Cobo en la edición 2022. Foto:Cortesía del festival.
Pero, a diferencia de otras ferias que giran en torno a las grandes editoriales, esta quiere darle espacio a voces nuevas y locales.
“Calculamos que hay cerca de dos mil escritores vallecaucanos. Este festival les abre una compuerta al lado de autores internacionales. Ese es uno de nuestros orgullos”, señala Tamayo.
Y no es un gesto decorativo incluirlos: hay una curaduría que permite alternar en igualdad de condiciones a figuras consagradas y emergentes, en un mismo espacio de conversación.
Otro de los sellos del evento es la descentralización. Si bien Cali es su sede principal, el festival ha llevado actividades a municipios como Buenaventura, Ginebra, Versalles y Bugalagrande.
En 2025, la apuesta va más allá: llevar programación durante dos días consecutivos a varios municipios, con escritores de talla internacional incluidos.
“Queremos que la cultura no sea solo caleña ni urbana. Soñamos con que este festival se convierta también en un dinamizador económico del territorio”, dice el director.
Firma de libros del autor Héctor Abad Faciolince, 2015. Foto:Cortesía del festival.
Una de las innovaciones más importantes en los últimos años fue la creación del Festival Infantil Oiga, Mire, Lea, lanzado en 2024 como evento paralelo. La respuesta del público fue tan positiva que en Medellín, con su Fiesta del Libro, también lo quiere implementar.
Para este año, el segundo festival infantil llegará con más fuerza y programación específica. “Le estamos metiendo toda la energía porque es el semillero. Si queremos futuros lectores, debemos empezar ahí”, asegura Tamayo.
Además, se han fortalecido los espacios dedicados a la literatura afrocolombiana. En alianza con asociaciones culturales como Mano Negra y la familia de Helcías Martán Góngora, el festival ha hecho visibles autores del Pacífico y ha incorporado a Buenaventura como una sede activa, pese a los desafíos de seguridad.
Más que un evento, una visión de región
Lo que comenzó como una idea se ha convertido en una política cultural sostenida. El festival ha pasado por una adolescencia compleja, según su director, pero hoy camina con pasos más firmes hacia la madurez.
Ya se consolidó como marca registrada, logró duplicar la asistencia entre 2023 y 2024, y este año espera superar las 25 mil personas solo en Cali.
Para Tamayo, el reto ahora es ampliar el alcance y lograr una mayor apropiación ciudadana. “Mientras siga siendo exclusivamente público, nuestros recursos son limitados. Si logramos que el sector privado se enamore del festival, podremos crecer más y traer figuras de mayor peso internacional”, afirma.
El sueño a largo plazo es ambicioso: establecer una Feria del Libro Infantil con calendario propio, como la de Buenos Aires; hacer de Oiga, mire, lea un referente nacional e internacional, y convertirlo en un escenario de desarrollo para Cali y el Valle.
“Los festivales literarios no solo son encuentros de palabras. Son motores de pensamiento, de comunidad, de industria creativa. Este festival debe ser un emblema de lo que somos y de lo que podemos ser como región”, concluye Tamayo.
Catalina Castro, hija de Germán Castro Caycedo, firmando el libro que escribió sobre su padre. Foto:Cortesía del festival.
2025 una edición de lujo
Entre las invitados del festival ya se tiene confirmados a Lydia Cacho (México), Javier Peña (España), María Fernanda Ampuero (Ecuador), Ray Suárez (Brasil), Kathy de David (Perú), Dan Alarcón (EE. UU.) y Gustavo Álvarez Gardeazábal, quien lanzará su nuevo libro en exclusiva durante el festival. También estarán Pilar Quintana, Ricardo Silva Romero, Claudia Rueda, Irene Vasco, Felipe González Espinosa, entre muchos otros.
A esto se suma una nueva línea: el enfoque en editoriales independientes de prestigio, que encontrarán en el festival un espacio propio, lejos de la lógica comercial de las grandes ferias. Y, como novedad, se abrirá un eje de programación ecológica y sensorial, llamado Oiga, mire aves, inspirado en la riqueza ornitológica del Valle del Cauca.
Cabe resaltar que, el éxito del festival no se entiende sin la evolución de su casa madre: la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero.
Hoy, más que un lugar de libros, es un centro cultural vivo, con planetario, salas de arte, procesos de inclusión, y una red de 42 bibliotecas municipales. De allí se gesta este festival, único en la región.
Diez años después, Oiga, mire, lea demuestra que la lectura, cuando se pone al servicio de lo público, no solo forma ciudadanos críticos: también construye comunidad, esperanza y región.
Juan Gabriel Vásquez, autor de 'El ruido de las cosas al caer, en la edición 2018 del festival. Foto:Cortesía del festival.
ÁNGELA MARÍA PÁEZ RODRÍGUEZ - ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO.