‘El potencial agrícola del Catatumbo es gigantesco, en particular de Ocaña y su área de influencia’: FAO

Esta semana, Ocaña, Norte de Santander, se convirtió en el epicentro de una conversación global sobre juventud, tierra y futuro. A pocos días del Foro Global de la Tierra, que se realizará en Bogotá del 16 al 19 de junio, al menos 70 jóvenes de distintos países del mundo se reunieron en esta ciudad, puerta de entrada al Catatumbo, que históricamente ha sido golpeada por el conflicto armado para debatir su rol en la gobernanza del suelo y visibilizar las oportunidades de transformación rural. 

La cita, impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Coalición Internacional para el a la Tierra (ILC), fue también un acto simbólico, que tiene como objetivo trasladar la discusión internacional a un territorio donde hoy confluyen los desafíos en términos de gobernanza territorial junto al potencial agrícola de Colombia.

El Catatumbo no fue elegido al azar. Allí, la FAO lidera el proyecto ‘Impulso Juvenil’, una iniciativa que reconoce el protagonismo de los jóvenes en la construcción de políticas públicas sobre a tierras, sostenibilidad y sistemas agroalimentarios. Según explica Agustín Zimmermann, representante de la FAO en Colombia, este tipo de espacios son clave para que nuevas voces incidan en la transformación estructural de los territorios rurales.

“La idea es visibilizar y dar voz a los jóvenes para que puedan tener mayor incidencia en la definición de políticas públicas relativas a la gobernanza de tierra”, destaca. En entrevista con EL TIEMPO, Zimmermann habló sobre los motivos detrás de esta apuesta, la visión de la FAO en el país y los avances hacia una Colombia más equitativa en el uso y de sus recursos rurales.

El Foro Global por la Tierra de Jóvenes es un encuentro que organiza la FAO como aliado dentro de la Coalición Internacional para el a la Tierra (ILC). Esa coalición organiza encuentros de gobernanza de tierra en los que participan distintos países. En esta ocasión, el Foro Global general se va a desarrollar en Colombia, en la décima reunión, que se realizará la semana que viene.

Pero aprovechando ese encuentro, se pensó en realizar previamente un encuentro de jóvenes a nivel internacional para que pudieran conversar y acordar cuál puede ser o cuál debería ser su rol en todos los temas de gobernanza de tierra y otros temas relacionados. En este encuentro, por ejemplo, se va a discutir el a la tierra, pero también la relación entre cambio climático y biodiversidad, y otros temas más relativos a sistemas alimentarios, siempre desde el ángulo de cuál es el rol que los jóvenes deberían tener allí.

La idea de este encuentro de jóvenes —que es el segundo que se hace, el primero fue en Jordania hace tres años— es que sea preparatorio para la reunión que va a haber la próxima semana. Entonces, los jóvenes van a presentar también una declaración en el Foro Global de la Tierra en Bogotá. La idea es visibilizar y dar voz y la oportunidad para que los jóvenes puedan tener una mayor incidencia en la definición de políticas públicas relativas a la gobernanza de tierra en un sentido amplio.

a la tierra, sin duda, es uno de los puntos centrales que se van a discutir, pero también temas como reforma agraria, desarrollo rural y sostenibilidad, siempre desde el ángulo de cómo los jóvenes deben tener un mayor protagonismo.

FAO está trabajando un proyecto que se llama ‘Impulso Juvenil’ en el Catatumbo, en Tibú, El Tarra y Cúcuta. Es un lugar emblemático en Colombia por los desafíos que tiene, sobre todo en relación con la juventud y los temas de gobernanza de tierra. Nos parecía muy pertinente realizar el encuentro aquí en Ocaña para dar mayor visibilidad a esos desafíos que se enfrentan en el Catatumbo: los problemas de conflicto armado, pero también el rol que los jóvenes están teniendo y quieren tener. En el marco de este proyecto, la FAO identificó varias organizaciones de jóvenes con un protagonismo muy importante. De allí también surgió la idea de realizarlo en Ocaña.

Uno de los trabajos que hicimos desde la FAO fue aplicar las directrices voluntarias de gobernanza de tierra —un instrumento internacional negociado en el Comité de Seguridad Alimentaria— al contexto del Catatumbo. Allí aparecieron cosas muy interesantes. Primero, el potencial agrícola de toda la zona es gigantesco, en particular de Ocaña y su área de influencia como productora de alimentos. La idea es que puede convertirse en una despensa para toda la región del Caribe.

Pero también vemos que falta mucho para que los jóvenes tengan un rol más importante en ese potencial agroalimentario. Para que lo tengan, es necesario abordar la problemática de a la tierra. Obviamente, el primer recurso que tiene que asegurarse para la producción alimentaria es la tierra. Por eso vemos que aquí es clave trabajar en ese frente.

FAO tiene un trabajo muy integral en Colombia. Abarca cinco áreas: seguridad alimentaria y nutrición; gobernanza de recursos naturales (con proyectos con el Fondo Verde y el GEF en varias regiones); gobernanza de tierra (que es la responsable de organizar este foro); sistemas agroalimentarios (la logística de conexión entre producción y mercados); y acciones anticipatorias y gestión del riesgo en agricultura.

En esas cinco áreas, tenemos una cartera de proyectos con presencia en todo el país. Vemos que estamos teniendo un impacto fuerte en el relacionamiento y en el avance de los sistemas agroalimentarios. Es muy importante toda esa conexión más directa entre producción y consumo, y acortar las cadenas de intermediación. Tenemos proyectos en Putumayo, Meta, Casanare, en toda la región del Pacífico (con un proyecto del Fondo Verde del Clima), y también trabajamos con comunidades locales en seguridad alimentaria y nutrición. En ese sentido, hemos contribuido a la elaboración de marcos normativos como el derecho humano a la alimentación (ahora constitucional), y también sobre la mujer rural, que fue aprobado como ley.

También estamos impulsando la jurisdicción agraria y rural, para lograr mayor seguridad jurídica en el a la tierra. En la Mojana, por ejemplo, estamos trabajando con el Ministerio de Agricultura en acciones anticipatorias para transformar la agricultura hacia sistemas más resilientes, y se están logrando avances muy positivos.

En términos de seguridad alimentaria, Colombia ha mejorado en los últimos tres o cuatro años: se han reducido los índices de inseguridad alimentaria a nivel nacional. Sin embargo, hay una dispersión muy alta en esos índices. Por ejemplo, La Guajira tiene un índice que pasa el 50 por ciento, mientras que el Eje Cafetero está en alrededor del 13 por ciento. Esa dispersión muestra que las políticas públicas deben estar muy enfocadas a lo territorial, no pueden ser amplias ni generales.

En términos de sistemas agroalimentarios, falta mucha articulación entre producción y mercados. Hay una concentración muy marcada en la distribución de alimentos, centralizada en lugares como Corabastos, donde pasa el 40 por ciento de los alimentos. Hay mucho espacio para mejorar esos circuitos cortos de alimentación, de producción y consumo, y en eso está abocada la FAO.

Por eso trabajamos en regiones como el Caribe, el Pacífico y los Llanos, para tratar de crear circuitos agroalimentarios que impacten positivamente tanto en la producción como en la alimentación de los territorios.

El rol que tiene la FAO es impulsar la reforma rural integral, que es el primer punto del Acuerdo de Paz. Allí, toda el área que mencionaba de tierras tiene un papel fundamental. Tenemos trabajo con el IGAC y la Agencia Nacional de Tierras, además de este proyecto sobre jurisdicción agraria y rural. Avanzar en la gobernanza y el a la tierra es prioritario para alcanzar los objetivos del gobierno y los de la FAO.

EDWIN CAICEDO

Periodista de Medioambiente y Salud

@CaicedoUcros