'Colombia ha sido un referente mundial en la acogida de personas que han tenido que huir desde otros países'

“Más de un tercio de todas las personas desplazadas por la fuerza en el mundo provienen de países donde persiste el conflicto armado: Sudán, Siria, Afganistán, Ucrania, Colombia. Por eso, promover la búsqueda de la paz es un mensaje fundamental para reducir el desplazamiento y poder plantear soluciones sostenibles”, comenta en entrevista con EL TIEMPO Mireille Girard, representante de Acnur en Colombia.

Girard hace referencia al más reciente informe de Acnur que indica que, a nivel global, en 2024 el número de la población forzada a huir en el mundo alcanzó un máximo histórico al llegar a 123,2 millones de personas, 6 por ciento más que lo registrado en 2023, y que equivale a que una de cada 67 personas en el planeta enfrenta esta situación. También señala que, durante la última década, la población forzada a huir casi se ha duplicado.

Asimismo, Acnur destaca que si bien hasta finales de abril de este año había 122,1 millones de personas forzadas a huir, la cifra se explica por los “retornos de personas refugiadas a sus países, principalmente a Siria, Afganistán y Ucrania”.

“Sin embargo, es importante notar que muchos de estos retornos se han realizado en condiciones adversas, en lugares donde persiste el conflicto armado y la escasa respuesta estatal, por lo que podrían no ser retornos sostenibles y podrían generar nuevos ciclos de desplazamiento”, advierte Girard, quien también se refirió al caso Colombia.

El informe recién publicado indica que en 2024 el número de la población forzada a huir en el mundo alcanzó un máximo histórico al llegar a 123,2 millones de personas, 6 por ciento más que lo registrado en 2023. También señala que, durante la última década, la población forzada a huir casi se ha duplicado. 

Ahora, hasta finales de abril de 2025 había 122,1 millones de personas forzadas a huir. Esta cifra, sin embargo, es extremadamente alta y de hecho refleja un aumento con respecto al año anterior, cuando se registraron 120 millones de personas durante el mismo periodo.

La cifra que presenta el informe para lo corrido de 2025 se explica en retornos de personas refugiadas a sus países, principalmente a Siria, Afganistán y Ucrania, pero es importante notar que muchos de estos retornos se han realizado en condiciones adversas, en lugares donde persiste el conflicto armado y la escasa respuesta estatal, por lo que podrían no ser retornos sostenibles y podrían generar nuevos ciclos de desplazamiento”. 

El mensaje es claro: las cifras siguen siendo extremadamente altas y se requiere el apoyo de la comunidad internacional para abordar las causas estructurales del desplazamiento, proteger a las personas forzadas a huir y brindarles nuevas oportunidades.

Para el caso de Colombia, que ocupa el quinto lugar entre los países con más desplazamiento en el mundo, hay que reiterar que las cifras son extremadamente altas. Solo desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, alrededor de 1,6 millones de personas se han tenido que desplazar de sus hogares. 

Aunque se presenten algunas reducciones durante los últimos años, la cifra acumulada desde 1985 de 7 millones de personas desplazadas con necesidades de asistencia y reparación sigue planteando desafíos enormes para proteger a esas personas, brindarles soluciones, impulsar la paz en los territorios y prevenir nuevos desplazamientos.

Inicialmente, es necesario explicar que Venezuela aparece en informe como el primer país de origen porque hubo una disminución de las personas afganas, sirias y ucranianas en estas categorías. Estos cuatro países ya ocupaban los primeros lugares como países de origen en el informe del año pasado. 

Con la disminución en los otros tres, Venezuela pasó a ser el principal país de origen en este ranking. Es importante señalar que el monitoreo fronterizo de Acnur indica que, si bien algunas personas venezolanas continúan saliendo del país, otras están regresando.

Independientemente de las causas que obligan a las personas a huir hacia otros países, Acnur está presente para responder a todos aquellos que necesitan protección internacional y apoyar a los gobiernos de Colombia y la región en la formulación de respuestas para que estas personas puedan integrarse localmente, estabilizar su situación con programas de inclusión socioeconómica y regularización, y ser agentes de desarrollo en sus países y sus comunidades de acogida.

Colombia ha sido un referente mundial en la acogida de personas que han tenido que huir desde otros países. Hoy es el tercer país de acogida en el mundo, después de la República Islámica de Irán y Türkiye . 

A pesar de los desafíos internos que enfrenta por cuenta del conflicto armado, Colombia ha mantenido las puertas abiertas para que 2,8 millones de personas puedan regularizar su situación, acceder a derechos y servicios, y reconstruir sus vidas con dignidad y oportunidades. 

Acnur ha apoyado y buscará seguir apoyando estas iniciativas de regularización e integración socioeconómica, a pesar de los retos que incluyen la persistencia del conflicto armado y otras violencias.

Aunque Acnur ha estado apoyando el nuevo programa de regularización de Colombia conocido como PEP Tutor, solamente podrá brindar apoyo para la adquisición de 100.000 tarjetas para el PEP. Esto implica que alrededor de 500.000 venezolanos tendrán dificultades para regularizarse, tener una vida estable, acceder a salud, educación y empleo formal, lo que aumentará drásticamente su vulnerabilidad ante la explotación y los abusos.

Es muy importante que se continúen todos los esfuerzos para que la población venezolana pueda acceder a mecanismos legales y estabilizarse en Colombia, y no tenga que seguir desplazándose en busca de protección y oportunidades.

La situación del Catatumbo es muy compleja. Se trata del mayor desplazamiento masivo en la historia de Colombia. Hoy tenemos más de 91.000 personas afectadas, entre estas más de 24.000 desplazadas por la fuerza y más de 27.000 confinadas o con restricciones a la movilidad. Desde enero, siguen saliendo personas de sus hogares debido a la confrontación entre grupos armados no estatales. Como lo han señalado la Defensoría del Pueblo y el Comité Internacional de la Cruz Roja, desafortunadamente el Catatumbo no es la única situación crítica y hay un empeoramiento de la situación humanitaria en el país.

Eso se ve reflejado en la continuidad del desplazamiento y la muy preocupante situación de confinamiento que afecta a miles de personas, en particular a pueblos indígenas, afrocolombianos y cada vez más a comunidades campesinas.

Desde Acnur vemos con preocupación los hechos de los últimos días en el Pacífico que afectan a la población civil, y confiamos en que Colombia pueda encontrar caminos para consolidar la paz, reducir las violencias y formular soluciones para quienes han sufrido el rigor del conflicto.

Acnur siempre ha reconocido el derecho soberano de los países a gestionar sus fronteras, cumpliendo al mismo tiempo con sus compromisos de protección de las personas refugiadas. La postura de Acnur sobre el asilo es bien conocida: los solicitantes de asilo deben tener a procedimientos justos y eficientes para la resolución de su solicitud. Las personas que huyen de conflictos, persecución y violencia necesitan vías efectivas para buscar seguridad. Además, las personas que necesitan protección internacional no deben ser devueltas a un lugar donde corran riesgo de sufrir daños.

Acnur ha colaborado estrechamente con Estados Unidos durante décadas y mantiene su compromiso de colaborar activa y constructivamente con el Gobierno estadounidense para garantizar que las personas que necesitan protección internacional tengan a la seguridad.

La persistencia de los conflictos armados es la razón principal por la cual las personas se ven forzadas a huir de sus hogares. Más de un tercio de todas las personas desplazadas por la fuerza en el mundo provienen de países donde persiste el conflicto armado: Sudán, Siria, Afganistán, Ucrania, Colombia. Por eso, promover la búsqueda de la paz es un mensaje fundamental para reducir el desplazamiento y poder plantear soluciones sostenibles.

Sí, cada vez hay más personas que pueden verse afectadas u obligadas a huir de sus hogares por desastres naturales o climas extremos. En Colombia, es muy positivo que desde la Coste Constitucional se ha hecho un llamado a través de la T-123 de 2024 para fortalecer un marco jurídico y una política pública que permitan atender adecuadamente a las personas impactadas por estos factores. 

Es un desarrollo novedoso y desde Acnur apoyamos la elaboración de ese marco jurídico para que se reconozcan las necesidades de protección de estas personas. Esto se ha hecho a partir de experiencias y lecciones aprendidas en los modelos de atención de desplazamiento causado por conflictos armados.

La representación de las personas desplazadas o refugiadas como una amenaza para la sociedad, la seguridad o la economía, conlleva graves distorsiones y generalizaciones sobre la situación real que viven millones de seres humanos que han tenido que dejarlo todo. 

Acnur trabaja con actores clave en Colombia y el mundo para transformar las narrativas e imaginarios que conducen a la discriminación y la xenofobia, y que pueden abrir la puerta a comportamientos violentos contra personas que, en lugar de ser una amenaza, necesitan protección.

Las personas forzadas a huir no son una carga para los países, sino que traen un aporte invaluable en lo social, lo cultural y lo económico. Por ejemplo, el Banco Mundial estimó que, por cada dólar que Colombia invierte en la integración socioeconómica de refugiados y migrantes, puede obtener hasta dos dólares de beneficios para la sociedad. Se ha demostrado que los países que entienden esta realidad y fomentan la integración socioeconómica de personas refugiadas y desplazadas se convierten en sociedades de acogida más diversas y prósperas.